Tengo el privilegio de ser uno de los embajadores de Cristo. En su nombre puedo ofrecer vida eterna a cualquier hombre, mujer o niño que esté dispuesto a aceptarla. En su nombre ofrezco perdón, paz, gracia y gloria a cualquier hijo o hija de Adán que lee estas líneas. Pero no me atrevería a ofrecer a nadie prosperidad en este mundo como parte del paquete del evangelio. No me atrevería a prometer mayores ingresos ni libertad del dolor. No me atrevería a ofrecerle al que toma su cruz y sigue a Cristo que, por seguirle, nunca tendrá que pasar por una tormenta.
Sé que a muchos no les gustan estas condiciones. Preferirían tener a Cristo y buena salud, a Cristo y mucho dinero, a Cristo y ningún fallecimiento en su familia, a Cristo y ningún problema agotador, a Cristo y una mañana perpetua sin nubarrones. Pero no les gusta tener a Cristo y la cruz, a Cristo y las tribulaciones, a Cristo y los conflictos, a Cristo y los vientos huracanados, a Cristo y las tempestades.
~ J. C. Ryle